Hace 45 años dos aviones de las fuerzas aéreas de EE UU colisionaban mientras realizaban una supuesta maniobra de repostaje. Seguro que no había cielo suficiente para repostar, ya saben, a los americanos todo se les queda pequeño.
El caso es que la piñata aérea traía regalo: ni más ni menos que cuatro bombas de 70 kilotones cada una, que tuvieron el detalle de precipitarse sobre la tranquila costa del municipio almeriense de Palomares ante el asombro de una pequeña y tranquila población que ni siquiera sabía lo que era una bomba nuclear. Pero no hay que escandalizarse, estas cosas pasan, ¿quien no ha sufrido alguna vez la tentación de dormirse al volante?, ¿o de dormir con los ojos cerrados?. Si luego bombardeamos sin querer a cuatro desgraciados que nadie conoce no pasa nada, la gente ni siquiera sabe dónde está España.
Además, el mundo es grande, podemos echar un poquito de mierda en un rinconcito de globo y dormir bien por las noches aunque el plutonio tarde 48.000 años en desintegrase. Luego nos bañamos en la playa de Palomares el embajador de EE UU y el ministro de información y turismo de España para que la gente vea que no ha pasado nada y punto.Pero nos bañamos rápido para que nadie perciba nuestra sonrisa forzada ni nuestra cara de estar cagándonos en todo por estar metiendo nuestro cuerpo en aguas contaminadas.
Y que la gente se olvide ya de ese rollo de si se hizo o no se hizo un seguimiento adecuado de los afectados, o de si sigue habiendo riesgo en la zona. El pasado es pasado y lo importante es construir en este presente incierto, ya que como las costas permanecen prácticamente vírgenes podemos aprovechar y fomentar el turismo. Plantamos ladrillo sobre plutonio y todos contentos. Atención al vídeo:
El caso es que la piñata aérea traía regalo: ni más ni menos que cuatro bombas de 70 kilotones cada una, que tuvieron el detalle de precipitarse sobre la tranquila costa del municipio almeriense de Palomares ante el asombro de una pequeña y tranquila población que ni siquiera sabía lo que era una bomba nuclear. Pero no hay que escandalizarse, estas cosas pasan, ¿quien no ha sufrido alguna vez la tentación de dormirse al volante?, ¿o de dormir con los ojos cerrados?. Si luego bombardeamos sin querer a cuatro desgraciados que nadie conoce no pasa nada, la gente ni siquiera sabe dónde está España.
| Ministro Fraga y embajador de Estados Unidos en aguas almerienses |
Y que la gente se olvide ya de ese rollo de si se hizo o no se hizo un seguimiento adecuado de los afectados, o de si sigue habiendo riesgo en la zona. El pasado es pasado y lo importante es construir en este presente incierto, ya que como las costas permanecen prácticamente vírgenes podemos aprovechar y fomentar el turismo. Plantamos ladrillo sobre plutonio y todos contentos. Atención al vídeo:
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