UN BLOG MÁS DE MÚSICA

EL BLOG MÁS LOCO DE LA MÚSICA Y ZOOCIEDAD

martes, 29 de marzo de 2011

El periodismo como testigo de una trágica ficción real


No es ningún secreto que la humanidad  está siendo testigo, hoy más que nunca, de drásticos cambios de índole medioambiental, económica, social y política. Para los que tenemos el privilegio de formar parte de eso que llaman sociedades de desarrollo esto se debe en buena medida a la sofisticada tecnología digital y cobertura mediática facilitada por las grandes agencias de telecomunicaciones del mundo. 


La pantalla se ha convertido en la reina de la fiesta y ha conseguido, con matrícula de honor, que la ficción supere a la realidad.Gracias a la ventana digital la sociedad occidental ve cómo un ser humano mata a tiros a otro en algún lugar del mundo y se  indigna muy noblemente ante la pantalla de su televisor. También siente lástima cuando la fuerza de la naturaleza, en forma de olas de veinte metros, arrastra a su paso una porción de isla del continente asiático al más puro estilo hollywoodiense. Es fascinante ser testigo de ello, en ocasiones incluso resulta tan escalofriantemente entretenido que una lágrima furtiva resbala tiernamente por nuestras mejillas.


 Y  ante tanta empatía con este maremágnum de catastróficas desdichas, el profesional de la información no podía ser menos. Si es un periodista como dios manda, de esos astutos que ven más allá de sus narices, su inconformismo innato le infundirá el valor necesario para embarcarse en esa enredada aventura de intentar cambiar un poco el mundo, con el sólo poder de la palabra, para que los malos sean menos malos y los buenos vivan más felices y tranquilos. Pero el periodista inconformista nato pronto descubre que las reglas del juego de la vida nada tienen que ver con la del quién, cómo, cuándo, dónde o por qué... La  catástrofe y sólo la catástrofe es noticia: mírala, cuéntala, grábala y llórala pero no vayas más allá. En las "noticias de verdad" si te faltan "uve dobles" te aguantas. Quédate con el efecto y la pena, con la empatía solidaria, pero no indagues tanto en la causa, que el espacio y el tiempo son limitados y tanta información seguro que satura y cansa. Por Sara Molina

No hay comentarios:

Publicar un comentario